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Lo que E. tiene por contar…

3/11/23 22:37
Por: María Gabriela Paz y Valentina Sarria, Danzarte. Entrevista a Elcy Serna, líderesa social, directora de la organización MUVICEM

    Contenido   

Elcy Serna, E., es una líderesa social, directora de la organización MUVICEM (Mujeres Víctimas Emprendedoras), quien durante los últimos 10 años se ha dedicado a acompañar a otras víctimas en los procesos de declaraciones y denuncias de sus casos de violencia sexual. Pudimos hablar con ella sobre su historia, su labor y su percepción sobre la danza y el arte en los procesos de reparación.   

Danzarte (D): Buenos días, ¿nos puedes contar tu nombre y qué labor realizas, por favor? 

Elcy (E): Mi nombre es Elcy Serna Gómez, defensora de los derechos humanos, especialmente de mujeres víctimas en el marco del conflicto armado. Fui víctima del conflicto armado, de violencia sexual, de desplazamiento forzado, de secuestro por la guerrilla de las FARC y posteriormente soy victima por los paramilitares, víctima de amenazas debido al trabajo que llevo realizando desde hace muchos años en el proceso de acompañamiento a mujeres. Hacemos jornadas colectivas de denuncias de violencia sexual en varios departamentos y en Bogotá.  

Apoyo a las mujeres en el tema psicosocial, en el empoderamiento para que ellas conozcan sus deberes y sus derechos, y mujeres que así como yo fueron víctimas y no declararon en su momento se animen a hacer sus respectivas denuncias para que logren entrar al registro único de víctimas y les hacemos también el proceso de acceso a la justicia para que sean reconocidas legalmente. En este momento, estoy haciendo acompañamiento a las mujeres que fueron víctimas de la guerrillera de las FARC y las fuerzas públicas para que se acrediten ante la JEP. También, estuvimos meses atrás con el proceso de la Comisión de la Verdad donde muchas de las mujeres de la asociación MUVICEM fuimos testimoniantes ante la Comisión de la Verdad con el fin de que Colombia entera conozca y escuche los testimonios desde las voces de las víctimas reales. Somos la voz de las mujeres que ya no están, porque las asesinaron, murieron en el momento de ser víctimas.  

Nos caracterizamos por las jornadas colectivas de declaraciones y denuncias, colectivas porque fue la forma que encontramos nosotras de que las mujeres fueran revictimizadas y señaladas, de hecho, por los mismos funcionarios. Anteriormente cuando una mujer llegaba sola a declarar su hecho victimizante ella era discriminada o señalada “Por tu culpa”, “Porque estabas mal vestida”, “Que de pronto te gusta ese hombre”, encontraban una excusa para maltratar a las mujeres. En estas jornadas van 50, 80, 100 mujeres de manera grupal donde cuentan con el acompañamiento mío como directora y en el momento en el que cualquier funcionario le haga a una mujer una pregunta inadecuada como “¿Cuántas veces te hizo eso?”, “¿Te gustó?”, preguntas que hieren y nos afectan emocionalmente, yo le pido al funcionario que pare la denuncia y le digo que está discriminando y señalando y se suspende ese proceso. Hemos logrado que los funcionarios hoy en día se pongan en los zapatos de las víctimas y traten de manera diferente a quien va a denunciar. 

                                        

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

D.: ¿Qué es lo más difícil en el proceso de reparación de las víctimas de violencia sexual?  

E.: Lo más difícil es el llegar a lo profundo de su corazón, porque no es fácil llegarle a una mujer que fue víctima y lograr que hable y exprese sus sentimientos. Siempre lo he dicho, nosotras, por lo menos desde MUVICEM, la forma de ayudar a otras mujeres es con nuestro propio testimonio, les digo “No estás sola, podemos seguir adelante, podemos construir juntas, hacer grandes cosas”. Yo fui víctima en el 98, hice mi declaración en el 2015, se podrán imaginar todo ese tiempo que pasó, para ese entonces no había organizaciones de mujeres, no había quien te escuchara. De pronto llegabas a una estación de policía y eras revictimizada y señalada. Hoy en día las mujeres nos empoderarlas, conocemos nuestros deberes y derechos. En el 2012 conocí a otra mujer que hizo conmigo lo que yo ahora hago con otras, me dijo “Elcy, yo fui víctima de violencia sexual, mi hija también fue víctima, mataron a mi esposo, perdí mis tierras, perdí todo, y hoy soy líder social, ¿tú qué haces?”. Le dije “Yo soy líder social, trabajo con víctimas y también fui víctima". Me preguntó si había declarado y le dije que no, y me preguntó qué esperaba. Ahí empecé ese proceso con ella y decidimos las dos empezar a convocar mujeres para hacer la primera jornada colectiva en el Cesar y lo logramos. Desafortunadamente, después fuimos amenazadas, ella murió de un disparo y yo decidí no continuar con los procesos. 

En honor a ella creé MUVICEM, me levanté con más fuerza y más ánimo y dije que no me iba a quedar callada y que debía ayudar a más mujeres. Le puse el nombre MUVICEM porque era lo que ella siempre me decía, que yo era una mujer emprendedora. Hice una jornada colectiva de 150 mujeres y tras eso me amenazaron, fueron a buscarme a mi casa para matarme. Desde ese momento me trasladé a Bogotá donde, gracias a Dios no me quedé quieta, logré salir adelante y empecé a hacer más jornadas colectivas.  

D.: ¿Qué piensas de la danza y el arte como herramientas para trabajar en el proceso de reparación?  

E.: La danza y el baile para nosotras o para mí, es muy importante porque nos ayuda a sanar, nos ayuda a reconstruirnos, a encontrarnos con nosotras mismas. Yo vengo del departamento del Cesar, hay mujeres que vienen del Chocó, Buenaventura, del Atlántico, son departamentos donde la música y el baile nos identifica, nos ayuda a encontrarnos con nuestro cuerpo, con nuestros ancestros, entonces la danza y el arte para nosotras es algo muy importante. Hasta nos ayuda porque muchas tenemos problemas de articulaciones, dolencias van, dolencias vienen, el brincar y el danzar nos ayuda. Es algo muy bonito y por eso para mí es importante.  

D.: ¿Cuál es la importancia de trabajar el sentido de identidad con las mujeres víctimas?  
E.: El sentido de identidad es importante porque nos ayuda a encontrarnos a nosotras mismas, somos mujeres y siempre en el momento que hacemos todos estos procesos nos ayuda a reencontrarnos y a identificarnos como mujeres, como madres, cómo hijas, esposas, en fin. Nos ayuda a compartir entre nosotras y nos damos cuenta de que no fue algo que me pasó a mí sola, que somos muchas mujeres que nos tocó vivir la violencia. 

D.: Muchas gracias, Elcy.  

E.: A ustedes.