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La perspectiva etnocéntrica de la psicología de los pueblos
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La psicología de los pueblos, propuesta por Wilhelm Wundt, plantea distintas etapas en la evolución psicológica de la humanidad, desde el llamado “hombre primitivo” hasta formas culturales más complejas. Esta idea guarda relación con la teoría antropológica evolucionista, que, según Marzal (2016), describe una progresión desde el salvajismo hasta la civilización, situando a la sociedad occidental del siglo XIX en la cúspide del desarrollo humano. Este enfoque ha sido ampliamente criticado por su carácter etnocentrista. Frente a esta similitud, surge la pregunta: ¿la psicología de los pueblos de Wundt también refleja una visión etnocentrista?
Este ensayo analiza el concepto de etnocentrismo, la teoría antropológica evolucionista y la propuesta de Wundt para argumentar que su psicología de los pueblos, al centrarse en valores culturales europeos como punto final, exhibe una mirada etnocéntrica que limita su alcance como una auténtica “psicología de la humanidad” (Tirado, 2003, p. 4).
Autores como Mill, Lazarus, Steinthal y Humboldt sentaron las bases que Wundt desarrollaría bajo el concepto de psicología de los pueblos (Völkerpsychologie) (Cubero Pérez & Santigosa, 2005). Este término, acuñado en la segunda mitad del siglo XIX, sostiene que los fenómenos mentales deben entenderse como construcciones colectivas e históricas. En este marco, la noción de pueblo adquiere un papel central como generador de cultura o espíritu colectivo (Tirado, 2003). Así, esta psicología implica una concepción evolutiva del desarrollo psíquico, que parte del estudio de formas culturales consideradas “primitivas” y avanza hacia expresiones más complejas. De esta manera, se configura como una psicología de la evolución (Entwicklungspsychologie), orientada al análisis del desarrollo cultural de los grupos humanos.
Esto remite a la teoría antropológica evolucionista de Morgan y Tylor, que postula que las sociedades se distinguen por su nivel de desarrollo, aunque todas atraviesan las mismas etapas en un proceso lineal que va del salvajismo a la civilización. Esta visión implica una noción de progreso profundamente etnocentrista (Marzal, 2016), entendida como “la creencia de que el grupo étnico propio es el más importante, o que la mayoría de sus rasgos culturales son predominantes o superiores a los de otros grupos” (Cruz Pérez et al., 2018, p. 2). En particular, se evidencia un etnocentrismo europeo, pues Europa es representada como la culminación del proceso civilizatorio, con autoridad para dirigir el desarrollo de otras culturas (Celestino & Mayorga, 2018).
Comparando el periodo primitivo en la psicología de los pueblos con la fase de salvajismo en la teoría antropológica evolucionista, se observa una tendencia a presentar estas etapas como formas tempranas del desarrollo cultural. Por otro lado, los estadios finales, denominados civilización y evolución hacia la humanidad, aluden a pueblos desarrollados en su actividad económica, prácticas sociales, expresiones artísticas y avances científicos.
Estas similitudes evidencian una perspectiva etnocentrista en la psicología de los pueblos, como lo refleja el uso del término “culto” para referirse a países occidentales, por ejemplo, “pueblos actuales y de otros pueblos cultos de especial interés para nosotros, como el francés, el inglés, el alemán, el americano” (Tirado, 2003, p. 3).
Además, se observa una jerarquización cultural que describe lo “primitivo” como anterior o inferior, frente a una etapa más “culta” que se presenta como deseable y superior. Esto se ejemplifica en la afirmación: “para nosotros, se trata únicamente de mostrar los motivos psicológicos esenciales por los que se ha formado de lo originario lo posterior, de lo primitivo lo más perfecto” (Tirado, 2003, p. 2). Aunque lo primitivo no siempre sea cronológicamente anterior, se sugiere que alcanzar formas culturales más complejas constituye un ideal. Por ejemplo, “los magiares y los ostiacos del Obi, pueblos de la misma procedencia, en tanto que psicológicamente pertenecen a diversos dominios: los unos con un pueblo culto, los otros se encuentran en un estado relativamente primitivo”. A pesar de su origen común, uno se presenta como superior debido a su “mayor desarrollo cultural”. Este enfoque contrasta con el relativismo cultural de Boas, que sostiene que cada cultura debe entenderse desde sus propias categorías, sin imponer criterios externos (Francesch Díaz, 2008).
Wundt señala que la Psicología de los Pueblos busca comprender cómo la cultura influye en los procesos psicológicos colectivos e individuales, modificándolos (Cubero Pérez & Santigosa, 2005). Sin embargo, al entender “la cultura” en singular, presupone que los procesos sociales son universales, reflejando la perspectiva evolutiva de Taylor (Francesch Díaz, 2008). En esta teoría, el progreso es un ideal basado en concepciones europeas de la época, como evidencia Diaz-Guerrero (1983): “la mente evoluciona hacia su perfeccionamiento desde los pueblos primitivos hasta los actuales” (p. 37), y “en el presente existen desde grupos primitivos hasta grupos altamente desarrollados” (p. 37). Así, se plantea una psicología de la humanidad sesgada por una idea preconcebida de lo que significa ser “desarrollado” y, por ende, una sociedad más avanzada.
En conclusión, la psicología de los pueblos de Wundt exhibe una perspectiva etnocentrista al considerar como más avanzadas a las sociedades con influencia europea, evidenciada en el uso del término “culto” para referirse a países occidentales. Además, al jerarquizar lo primitivo frente a etapas más avanzadas y presentar la cultura como un concepto singular, se alinea con la teoría antropológica evolucionista. Esta postura contrasta con el relativismo cultural de Boas, que defiende comprender cada cultura en sus propios términos sin aplicar estándares externos. Por ello, tomando en cuenta que “esta Psicología se amplía hasta constituirse en una Psicología de la Humanidad” (Tirado, 2003), queda la pregunta: ¿puede considerarse esta psicología una verdadera psicología de la humanidad cuando está marcada por un etnocentrismo europeo?
Bibliografía
Celestino, J., & Mayorga, V. (2018). El eurocentrismo y el etnocentrismo en america latina eurocentrism and ethnocentrism in latin america (Vol. 3, Issue 1).
Cruz Pérez, M. A., Ortiz Erazo, M. D., Yantalema Morocho, F., & Orozco Barreno, P. C. (2018). Relativismo cultural, etnocentrismo e interculturalidad en la educación y la sociedad en general. Academo Revista de Investigación En Ciencias Sociales y Humanidades, 5(2), 179–188. https://doi.org/10.30545/academo.2018.jul-dic.10
Cubero Pérez, M., & Santigosa, A. (2005). Psicología cultural: una aproximación conceptual e histórica al encuentro entre mente y cultura (Vol. 23).
Diaz-Guerrero, R. (1983). La psicología de los pueblos (1). Revista de Historia de La Psicología , 1, 33–41.
Francesch Díaz, A. (2008). Introducción. In franz boas: textos de antropología (pp. 15–38).
Marzal, M. M. (Manuel M. (2016). Historia de la antropología. Volumen II, Antropología cultural.
Tirado, F. J. (2003). La vigencia de Wundt. Athenea Digital-Num, 1–7.